CONSEJOS PARA LOS CAMINANTES
Los accidentes por extravío en la montaña
pueden ser evitables con unas mínimas normas de protección.
Ante todo, no se debe emprender un itinerario de envergadura si no se
está preparado físicamente para ello o no se tiene experiencia.
Las noticias de accidentes
por extravío en la montaña traen como reflexión que esta práctica es potencialmente peligrosa por el terreno
en el que se mueve, aunque hay accidentes que son evitables si se siguen unas
normas básicas de seguridad y se aplica una serie de medidas preventivas que
resumimos a continuación.
Entre estas recomendaciones, las más adecuadas al verano, época de mayor
afluencia a la media y alta montaña, comienzan por las medidas preventivas
antes de iniciar la marcha para evitar problemas de pérdida por
desorientación, desconocimiento de la ruta o niebla.
En primer lugar, hay que planificar cuidadosamente la excursión, estudiar el
recorrido, manejar mapas de calidad, libros de rutas, informarse de las
previsiones meteorológicas y dejar siempre aviso del itinerario que se va a
seguir a amigos o familiares.
En la mochila no deben faltar las fotocopias del
libro de itinerario, el mapa, la brújula, un silbato para hacer
señales en caso de pérdida, papel, bolígrafo y el teléfono móvil.
Es
sumamente recomendable el GPS, aparato imprescindible que a medida que baje de
precio será habitual en un futuro no muy lejano ya que permite situar
perfectamente las coordenadas en las que el montañero se encuentra en caso de
extravío.
Grupos de rescate
También hay que llevar los números de teléfono de los refugios o pueblos cercanos a la ruta
planeada, los de información meteorológica y, sobre todo, los de los grupos de
salvamento y rescate. Por ejemplo, para Aragón es el 112. Los grupos de
socorro de montaña o Guardia Civil.
Hay que procurar efectuar la salida en compañía de un grupo; nunca hay que ir
en solitario ni separarse de los amigos para buscar una ruta alternativa. A lo
largo de la marcha es preciso situar ciertos puntos de referencia, como grandes
bloques de rocas, bosques, cruces de caminos, un río, un refugio, o cualquier
dato que pueda ser de utilidad para la orientación.
No se deben malgastar
fuerzas ni caminar con ritmo rápido. Un descanso de vez en cuando es necesario y puede
aprovecharse para tomar algún alimento energético y sobre todo hidratarse, por
lo que es imprescindible en época estival y temperaturas elevadas llevar una
buena provisión de agua, como mínimo de un litro y medio por cada tres horas
de marcha.
En caso de pérdida o desorientación hay que mantener la calma y procurar no alejarse del punto
en el que se ha abandonado el itinerario inicial.
Si hay niebla, nunca hay que caminar sin un rumbo concreto, a lo loco, o por
terreno accidentado o peligroso.
Si hay visibilidad, hay que determinar la
posición con el mapa y procurar dirigirse a una ruta practicable. Si no se
dispone de brújula, hay referencias que indican dónde se sitúa el norte.
Guías naturales
Las rocas y árboles tienen más musgo en su lado norte; la nieve y la humedad
desaparecen antes en las laderas sur; en los tocones los anillos hacia el sur son
anchos y más estrechos hacia el norte. Por último, los hormigueros tienen las
salidas orientadas hacia el sur. Existen otros procedimientos de orientación
por el sol, el reloj, siempre que sea de agujas y, durante la noche por las
estrella polar, extremidad más brillante de la constelación de la Osa Menor,
que marca el norte.
En cualquier caso, si se decide no moverse del lugar en el que se ha perdido
la referencia del camino y no avanzar a lo loco, es recomendable situarse en
un punto despejado y elevado para que el equipo de rescate pueda localizar al
extraviado con mayor facilidad. |